2/02/2011

El Reproche Prisionero

Enemiga mía, nos vemos de nuevo, maldita pantalla en blanco!!! Sos mas dura que una hoja en blanco, al menos en ella puedo empezar con algún garabato o algo por el estilo.
Igual te tengo que agradecer a regañadientes el echo de que pueda vomitar en vos algo de lo que pienso, si! La palabra es vomitar, es como espasmódico lo mío.
Voy a empezar con una idea que salio de una intensa conversación con una gran amiga.
Justo fue una sensación compartida, la sensación de no poder reprochar, y me di cuenta de que hay pocas sensaciones peores que la de un reproche prisionero. Prisionero por miedo, por un sentido de la ubicación, por que es un reproche de algo que no te incumbe o por que esta vedado por algo prepactado tácitamente.
Obviamente estos reproches silenciados siempre orbitan alrededor del amor.
Si bien un reproche, liso y llano (léase “de manual”), siempre es hijo de otro sentimiento, otro ejemplo claro es la venganza (no se puede crear por si sola, se necesita una acción o una falta de ella para generar la venganza) un reproche en comparación con la ultima siempre es a alguien que queremos o que nos importa.
El reproche es en definitiva un reto mezclado con una exigencia de parte de uno hacia el otro, redondeando de nuevo el reto tampoco puede existir por si solo, el depende un acontecimiento previo (y seguramente macabro).
Increíblemente a veces no emitir este reproche se debe a querer permanecer en la incertidumbre, por que el reproche conlleva a una explicación de las partes, a una revelacion de un motivo o de una atención que a veces no se quiere mostrar. Liberar ese reproche siempre llevara a un desenlace, y es ahí donde realmente aparece lo increíble de esta situación, uno prefiere mantenerse en la incertidumbre, en la completa oscuridad, con su sentimiento ya débil en brazos, que sacarlo a la luz y exponerlo a lo que seria una verdad definitiva, por ahí a lo que no queremos oír. No nos damos cuenta que ya tenemos la batalla perdida, o solamente no nos queremos dar cuenta; Seguimos tironeando desde la oscuridad, comiendo las migajas para mantener vivo a ese cuasi sentimiento, ya lastimoso y triste. Es raro que alguien por merito propio quiera permanecer en la incertidumbre, pero realmente pasa, no queremos perder la esperanza, no queremos rematar ese sentimiento, ese mismo que genera nuestro reproche. Y es asi como nosotros elegimos cargar nuestra propia cruz, elegimos pagar ese precio en silencio, con tal de seguir creyendo que es posible. Que es posible ese fuego cuyas cenizas ya se nos colaron entre los dedos de las manos. Y de nuevo nos convertimos en el quijote de Cervantes luchando contra molinos que nos ignoran, que ni perciben nuestra lucha.
Dia a Dia,
Noche a Noche,
En Silencio.

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